La Trinidad y las falsas analogías

El término analogía proviene del griego (“ana-“, equivalente a “sobre o contra”. “logos”, “palabra o razón” y el sufijo “-ia”, que indica “cualidad”1), y significa la relación de similitud o comparación existente entre dos cosas que son diferentes. Cuando dos elementos o principios son asociados por sus propiedades, tanto generales como individuales, se estaría hablando de analogía 2Una analogía es entonces una comparación entre características o muy específicas o generales que se realiza entre objetos de conocimiento y hasta experiencias de vida.

¿Cuál es la opción correcta en esta secuencia?

El uso más común de las analogías es ilustrar con fines didácticos algún contenido de estudio por demás difícil de comprender o hasta asuntos cotidianos. Por ejemplo, podemos hacer una analogía entre un gato y un león o entre un caballo o un burro resaltando en este casos sus similitudes; también se podría comparar a un ladrón capaz de robar casas sin ser detectado con el mismo gato (resaltando así la habilidad sigilosa de ambos) o el mal carácter de un jefe diciendo que es un “león”. Podríamos hacer una analogía entre la cantidad de arena en el mar y las estrellas en los cielos o entre el petróleo y la miel pura por su viscosidad y así las posibilidades son prácticamente infinitas.

Ante la utilidad de las analogías vivimos, tal vez sin haberlo notado, creando una y otra vez en nuestras conversaciones este tipo comparaciones entre objetos, personas, animales, etc. Sin embargo, no todas son válidas o bien construidas; en ocasiones generan confusión y conceptos equivocados en la comprensión de algún aspecto de la realidad.

Se podría hacer una analogía entre un pez y una serpiente por el simple hecho de pertenecen al reino animal, pero en este caso las similitudes específicas son tan mínimas -o me atrevo a decir nulas – que se pierde el sentido de la analogía. Otros ejemplos de un mal uso de este recurso podrían ser el comparar:

1. Un zapato con un pantalón por ser prendas de vestir.

2. La administración económica de un país con la de una casa de familia (ejemplo muy utilizado). !Vaya que son muy diferentes!

3. El manejar un auto con el manejar un transbordador espacial solo por ser un medio de transporte.

Estos malos ejemplos pertenecen a las llamadas “falacias de falsa analogía”. Esta consiste en tomar partes similares de dos conceptos para luego tratar de forzar más similitudes. También se puede tratar de aplicar varias analogías como si fuera una relación transitiva (si A está relacionada con B, y B está relacionada con C, entonces A está relacionada con C). En lógica formal, esta falacia es un non sequitur3.

Los asuntos teológicos no escapan de estas falsas analogías; vemos por ejemplo como la doctrina de la Trinidad4 – un Dios en tres personas -, se ha intentado explicar haciendo uso de analogías muy lejanas a la revelación bíblica en cuanto a este tema.

Una de los intentos para comparar la Trinidad ha sido el trébol de tres hojas.

Francisco Lacueva nos indica como parte de estas falsas analogías han sido tomadas de la naturaleza inanimada, donde se resalta la unidad pero en menoscabo de la personalidad presente en Dios: fuente- río-depósito, hielo-agua líquida-vapor; de la naturaleza animada, donde hay diversidad pero está ausente la unidad personal: un trébol de tres hojas o la raíz-tronco-ramas de un árbol; o hasta de la naturaleza humana: intelecto-sentimiento-voluntad, donde hay cierta trinidad pero no una tri-personalidad con una esencia común5.

Es una falsa analogía muy común el intentar comparar la naturaleza triuna de Dios con la naturaleza trina del hombre, al menos para quienes sostienen una visión tripartita de la naturaleza humana como espíritu, alma y cuerpo6. Si bien el ser humano ha sido creado a imagen y semejanza de Dios, esta afirmación no puede ser tomada como una comparación corpórea donde cada persona de la Trinidad viene siendo de alguna forma equivalente a cada parte del hombre tripartito7. No hay una necesidad lógica ni bíblica entre que Dios sea una Trinidad y el hombre posiblemente espíritu, alma y cuerpo; la analogía falla desde el comienzo al intentar comparar a Dios que es Espíritu con el hombre que posea desde ya un componente material y obliga de alguna forma a que el ser humano sea necesariamente de una forma en su constitución para así justificar la naturaleza de Su Creador, ¿No podría el Dios Triuno crear un hombre solo con cuerpo y alma?.

Otra falsa analogía agotada hasta la saciedad -pero llena de las mismas buenas intenciones que el resto – es la de comparar a la Trinidad con la expresión matemática8 1+1+1=1 o 1x1x1=1 en ambos casos debemos tener presente que las personas del Padre, Hijo y Espíritu Santo son realmente tres personas distintas y en el caso de los números “1” utilizados son, obviamente, todos el mismo “1”. El mismo caso sucede con el antes mencionado ejemplo de los tres estados del agua: sólido, líquido y gaseoso, donde a final de cuentas estos tres estados son formas de la misma agua – y hasta donde yo sé no pueden co-existir simultáneamente en esos tres estados ocupando al menos el mismo espacio, como sí las personas divinas co-existen eternamente); este ejemplo funciona más para explicar el modalismo o su versión actual conocida como la doctrina de la Unicidad de Dios, la cual sostiene que solo Jesús es Dios y juega los roles de Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Una de las conclusiones a las cuales podemos ir llegando es que al utilizar analogías para hablar de la Trinidad debemos tener cuidado en aclarar los puntos en común y las diferencias de nuestro ejemplo; podríamos estar enseñando modalismo o triteísmo – la existencia de tres Dioses separados – sin siquiera saberlo. Millard Erickson propone el ejemplo de gemelos idénticos que comparten la misma carga genética pero son dos personas distintas (pienso que una mejor analogía sería usar el caso de trillizos)9. William Lane Craig, para el escándalo de muchos tal vez, compara en ocasiones la Trinidad con Cerbero: un perro de tres cabezas que custodia la entrada al inframundo en la mitología griega. Un mismo cuerpo o perro (o esencia)y tres conciencias10.

la figura del triángulo es la común para intentar explicar la naturaleza y relaciones personales de la Trina Deidad.

Pareciera, como afirma Lacueva11, que la mejor forma de ilustrar la Trinidad es con la figura del triángulo, la cual nos permite una visión en conjunto de las relaciones de las personas divinas simultáneamente co-eternas en una misma esencia divina.

En mi caso particular cuando enseño sobre la doctrina de la Trinidad, prefiero compararla con una persona que se presenta ante un público con tres nombre y personalidades distintas (resalto como todos ven el mismo cuerpo y estas “personas” se valen de sus mismo atributos); personalidades que no pueden comunicarse al mismo tiempo con el público por las limitaciones finitas del hombre pero que en Dios que es Espíritu Infinito (Jn. 4:24) no representa problema o contradicción alguna. Lo que produciría un estado mental alterado en el hombre que por esencia es un solo individuo y una sola persona, no afecta en nada la existencia de un Dios perfecto (un solo individuo) con tres personas.

Aún así todas los ejemplos presentados manifiestan puntos a favor y en contra de explicar la naturaleza Triuna de Dios; esta realidad no debe desanimarnos y mucho menos crear la falsa idea de que esta doctrina es inventada por el hombre o del todo incognoscible. Al contrario, es porque hablamos del Dios verdadero que es único e incomparable que no nos debería sorprender la imposibilidad de hallar fácilmente analogías para explicar Su naturaleza.

En este sentido, esta aparente debilidad o incomprensión más bien juega en contra de quienes atacan esta doctrina cuando la Escritura les confronta con una realidad particularmente difícil de entender y deciden, a su modo de ver y pensar, “racionalizar” la naturaleza divina reduciéndola o a una persona con distintos roles o tres dioses u otras imaginaciones de hombre (Hch. 17:29)

Debemos prestar suma atención a la hora de hablar de este misterio revelado a los hombres en la Escritura a fin de poder comunicarlo de la manera más compresible y honesta posible, pidiendo sobre todo esa sabiduría que el mismo Dios nos da abundantemente y sin reproche (St. 1:5)


Referencias

1 Definición de “analogía”. En línea https://definicion.de/analogia/ Consultado en Fecha 17-06-2019

2 Definición de “analogía”https://conceptodefinicion.de/analogia/ Consultado en Fecha 17-06-2019

3 Definición de “falsa analogía” http://falaci.blogspot.com/2014/08/falsa-analogia.html Consultado en Fecha 17-06-2019

4 Este estudio da por sentada la doctrina de la Trinidad como entendida en su enseña básica y no pretende explicarla exhaustivamente. Para más información sobre esta doctrina consultar ¿Es Jesús el Padre? Disponible en http://www.apologetica.com.ar/es-jesus-el-padre/

5 Francisco Lacueva Un Dios en tres personas Editorial CLIE pag. 138-139

6 Para un estudio más completo sobre este tema se recomienda consultar ¿Qué es el hombre?: Ni dioses ni espíritus. Una mirada bíblica a la naturaleza humana. Disponible en http://www.apologetica.com.ar/ni-dioses-ni-espiritus/

 

7 La gran mayoría de los teológos coincide que esta imagen y semejanza tienen que ver con la naturaleza espiritual, moral y racional del hombre; no con alguna similitud corpórea la cual está ausente en Dios.

 

8 Para un estudio más completo sobre este tema se recomienda consultar La doctrina de la Trinidad y la falsa analogía del 1+1+1=1 Disponible en http://www.apologetica.com.ar/la-doctrina-de-la-trinidad-y-la-falsa-analogia-del-1111/

 

9 Millard Erickson. Teología Sistemática. Editorial CLIE pag. 363

 

10 Para más información ver https://www.youtube.com/watch?v=Gp4L9um9uRY Consultado en Fecha 17-06-2019

 

11 Francisco Lacueva Teología II: Un Dios en tres personas Editorial CLIE pag. 139