La única Palabra de Dios

“Entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. 2 Pedro 1:20,21. Por lo tanto Dios en su soberanía y omnisciencia determinó los libros que estarían en la Biblia. Quien les otorgó autoridad fue Dios, no los creyentes ni ningún concilio.

La palabra “CANON” viene del griego “KANON”, que significa vara, caña y por extensión un instrumento de medida, una regla o norma. Se aplica el término a la lista de libros normativos. El canon bíblico es el conjunto de los libros que la Iglesia Cristiana ha reconocido como inspirados por Dios. En la actualidad existen dos cánones; pero de hecho sólo uno de ellos es el verdadero. La jerarquía religiosa romana creó los términos “Protocanónicos” y “Deuterocanónicos” para diferenciar o separar los libros del canon que aceptan los hebreos, pueblo de donde nos viene toda la Biblia y el Salvador prometido Jesús de Nazaret.

El término protocanónicos hace referencia a los libros que ambos canon tienen en común.  El prefijo “Proto” se usa para denotar superioridad. En cambio el término deuterocanónicos se refiere a los siete (07) libros que no forman parte del canon hebreo. El prefijo “Deuto” significa segundo o inferior, también se le da el nombre de “libros Apócrifos”, el primero en dar este calificativo de apócrifo fue el escritor católico Jerónimo (autor de la Biblia Vulgata Latina) no el sacerdote, teólogo y monje católico Martín Lutero.

Es un hecho histórico comprobado y documentado que la mayoría de los líderes cristianos de los primeros cuatro siglos no aceptaron los libros apócrifos como inspirados por Dios por varias razones:

LA PRIMERA es que a diferencia de los 39 Libros Canónicos del Antiguo Testamento, los apócrifos no reclaman de manera explícita ni implícita ser inspirados por Dios. En realidad, algunos incluso niegan ser proféticos, como se puede observar en uno de ellos 1 Macabeos 9:27 dice: “Fue un tiempo de grandes sufrimientos para Israel, como no se había visto desde que desaparecieron los profetas.”. Si desaparecieron los profetas de Dios, entonces ¿Quién fue inspirado por Dios para escribir esos libros?

LA SEGUNDA razón es que los libros apócrifos fueron escritos entre el 250 a.C. y el siglo I d.C.; sin embargo según el judaísmo (cultura de donde proviene la toda la Biblia) el Espíritu de profecía abandonó a Israel aproximadamente en el 400 a.C., es decir, antes de esa época (1 Macabeos 9:27).

LA TERCERA razón es una prueba externa. El historiador judío Flavio Josefo da los nombres y la cantidad de libros del Antiguo Testamento judío autentico, datos que corresponden exactamente nuestro Antiguo Testamento de 39 libros. Flavio Josefo  atribuye la formación del canon al tiempo de Artajerjes I (465-425 a.C) período de vida de Esdras y Nehemías autores de dos libros del Antiguo Testamento; es decir el canon bíblico ya existía siglos antes de la realización de la asamblea judía o concilio de Yamnia que se efectúo cerca del 100 d.C.

Los libros Apócrifos o Deuterocanónicos nunca fueron reconocidos como plenamente inspirados ni por los judíos ni por la Iglesia Cristiana primitiva. La jerarquía católico romana agregó estos libros apenas en el Concilio de Trento en 1546 y lo ratificó el Vaticano I en 1870.

LA CUARTA razón tiene mucha importancia, porque ni Jesucristo ni los apóstoles citaron en el Nuevo Testamento ninguno de los libros apócrifos, mucho menos indicaron que fueran inspirados por Dios. Jesucristo y los apóstoles citaron varios de los 39 libros del Antiguo Testamento, pero no existe una cita incuestionable de los libros apócrifos, también llamados deuterocanónicos.

La Iglesia Cristiana no acepta los libros apócrifos por las razones antes mencionadas y porque contienen herejías y errores doctrinales contrarias a los principios establecidos en la totalidad de la Biblia. Los apócrifos recomiendan el suicidio en 2 Macabeos 14:42 y también impiedad, por ejemplo en Tobías 12:15 el ángel Rafael dice que él es “uno de los siete que asistimos delante del Señor” (o sea, que está ante el trono de Dios) pero en Tobías 5: 16-18 vemos que mintió con su nombre, dijo llamarse Azarías y dijo que tenía un papá llamado Ananías. La Biblia sólo menciona 2 ángeles (Miguel y Gabriel), y éstos nunca mintieron. ¿Cómo puede mentir un ángel o mensajero de Dios?

EN RESUMEN, solo 66 libros (39 Antiguo Testamento y 27 Nuevo Testamento) del canon tradicional declaran ser la Palabra de Dios divinamente inspirada, infalible e inerrante en sus escritos originales y comprueban serlo. Únicamente estos libros fueron inspirados por Dios, escritos por profetas de Dios y preservados por la providencia divina. En la única Palabra de Dios está escrito: “Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra del Dios nuestro permanece para siempre.” Isaías 40:8