Dios no puso Adán en un estado de prueba en el Edén por mera curiosidad para ver si era capaz de caer, o por malevolencia para hacerlo caer, sino con el deseo genuino de que Adán—haciendo uso del amplio poder que le fue confiado—obtuviese la recompensa final de su fidelidad en la forma de una libertad de toda posibilidad de pecar.
La situación de Adán era privilegiada. Prácticamente Dios le da libertad total y prohíbe una sola cosa—no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal—con claras consecuencias si desobedecía: la muerte.
Por otro lado, Adán y Eva no fueron robots biológicos. Fueron seres con libre albedrío. Aquí hay que dejar muy claro que Dios no es la causa del pecado de Adán (Santiago 1:13), sino que Dios les deja la capacidad de escoger. El hecho de que había un árbol de la ciencia del bien y del mal acentúa claramente esta libertad y capacidad de elección.
Ahora, la pregunta: Si Dios Sabía que Adán y Eva iban a Pecar, ¿por qué los dejó? tiene varias dimensiones:
Por un lado la Biblia claramente muestra que Dios es Omnisciente. Job 37:16, Salmo 139:2-4; Salmo 147:5, Proverbios 5:21, Isaías 46:9-10, y 1 Juan 3:19-20 no dejan duda que el conocimiento de Dios es infinito y sabe todas las cosas que sucedieron, suceden y sucederán.Por el otro, la Biblia no nos dice detalladamente porque los deja pecar, pero si hay algunos puntos que podemos inferir.
- Si Dios sabía que Adán y Eva iban a pecar, primero, es claro que esto no tomó a Dios por “sorpresa.”
- Si la objeción es que Dios no debió haberlos creado, entonces estaríamos pidiendo nuestra propia inexistencia. Creo que eso sería absurdo. Por otro lado, la humanidad llegó a un grado tal de depravación que eso es precisamente lo que Dios hace en el diluvio, dejando a Noé y su familia como vástago de esperanza en lugar de eliminarlos totalmente. Dios vio algo en el hombre que valía la pena salvar.
- Si Dios crea a Adán/Eva con libre albedrío, es factible especular que Dios también sabía que ellos caerían tarde o temprano, sin importar las amantes advertencias de Dios. Esto nos sucede como padres también. Hay veces que dejamos que los hijos hagan su voluntad y aprendan las consecuencias de su desobediencia. Esto es parte del proceso de educación y aprendizaje. En este mundo estamos aprendiendo que el pecado y la rebelión son graves. Si no nos gusta esta situación entonces ¡odiemos el pecado!
- Podríamos pensar entonces que Dios pudo poner a alguien en la tierra que nunca pecase en lugar de Adán y Eva. Esa precisamente es la solución y lo que hizo en
la persona de Jesucristo, a quien Pablo llama el “Último Adán” (1 Cor. 15:45) venido del cielo (v.47)
- Otra opción: Dios pudo haber limitado el libre albedrío de Adán/Eva, pero precisamente el libre albedrío es lo que nos hace humanos, porque sin libre albedrío tampoco existiría amor verdadero.
- Aunque Dios no deseaba la caída del hombre, este evento funciona para llevar a cabo los planes de redención humana. De forma similar, Jesús no deseaba su propia muerte y sufrimiento (Mat. 26:42) pero lo hizo por amor. Génesis es el paraíso perdido, el resto de la Biblia es el plan de redención en ejecución y el Apocalipsis es el paraíso nuevamente recuperado. Todo esto con el beneficio adicional de saber que la rebelión es una mala idea.
- El humano es posiblemente el único ser con libre albedrío que ha experimentado el pecado en toda su potencia y aun tiene la oportunidad de heredar el Reino de Dios. A los ángeles caídos no les será otorgado tal privilegio.
- Alguno podría pensar que Dios pudo haber creado un universo en donde todo el mundo le ame y Adán/Eva nunca pecasen, pero tal mundo puede ser una imposibilidad práctica si Dios quiere preservar el libre albedrío de los humanos. Dios en verdad quiere que escojamos amarlo y obedecerlo (2 Ped. 2:4). Igual que un padre quiere que sus hijos lo amen de corazón y corran a sus brazos abiertos. Pero los hijos tienen libre albedrío y existe el peligro real que nuestros propios hijos rechacen libremente nuestro amor. Este es un riesgo que todos los padres están dispuestos a correr, porque el amor verdadero vale la pena. El amor no puede ser forzado porque el único amor que vale la pena recibir es el amor libremente otorgado.
Dios sabía desde un principio que la humanidad caería, y aun así les otorga libre albedrío en un mundo donde las acciones tienen consecuencias reales. De otra forma, viviríamos en un mundo de caricatura donde no existiría la posibilidad de pecar, pero sería también un mundo donde la bondad verdadera, la virtud, el sacrificio, la belleza y el amor serían de pacotilla o simplemente no existirían.
Un mundo sin libertad es un mundo sin amor. Dios es Amor, por eso nos da libertad. Por esto manda a su Hijo como rescate, “para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna.” Ese ha sido el plan de Dios desde el principio y será el plan que se ejecute: la vida eterna a todo el que crea en Él. Aprendamos del error de Adán y Eva para usar esa libertad sabiamente mientras estemos en esta Tierra, como Dios quiso desde el principio y démosle la Gloria a Él
“Porque todas las cosas proceden de él, y existen por él y para él. ¡A él sea la gloria por siempre! Amén” (Romanos 11:36).
Chris Du-Pond
Chris Du-Pond es Ingeniero es Sistemas Computacionales graduado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, especialista en Bases de Datos relacionales. Actualmente labora en una empresa multinacional de sistemas de software/hardware industrial. Chris se graduó de la Maestría en Apologética Cristiana de la Universidad de Biola con los más altos honores y estudió bajo la tutela de apologistas de talla mundial como William Lane Craig, Gary Habermas, Sean McDowell, Clay Jones, y J.P. Moreland entre otros. Es miembro de la Sociedad Filosófica Evangélica, la Sociedad Teológica Evangélica y la Alianza de Apologética Cristiana. Actualmente asiste a la Iglesia “Champion Forest Baptist Church” en Houston, TX, junto con su esposa Katya y sus dos hijas, Juliette y Giselle donde enseña una clase de teología avanzada.