Para escribir este artículo, fui motivado por mi hermano y amigo, Benjamín Castro quien publicó recientemente un post en su blog llamado ¿Es María la Madre de Dios? donde comparte unas reflexiones sobre una mirada evangélica al rostro de María desde la idea de theotokos correctamente admitida y reconocida como dogma en Éfeso y Calcedonia. Sin embargo en este post quiero buscar otra perspectiva, la del diálogo, pero haciéndonos la pregunta de rigor ¿Puede haber un diálogo entre protestantes y católicos, referente a María la madre de Jesús de Nazaret? ¿Cuáles serían los términos de dicho diálogo?
Particularmente pienso que debemos buscar el diálogo en todos los aspectos de la reflexión bíblica y teológica. Aun cuando los cristianos evangélicos estamos claros en nuestros principios y convicciones sabemos que vivimos en un entorno donde la religión católica romana tiene presencia de más de cinco siglos y en muchos aspectos se ha arraigado con gran profundidad no solo en la expresión religiosa de los ciudadanos sino en la cultura popular de las personas. En este sentido, no podemos caer en la forma intolerante de muchos predicadores evangélicos que atacan a María en sus sermones, de tal manera que pareciera que es culpa de ella toda esta forma de devoción y culto a su persona. Más bien procuremos entablar puentes de diálogo directamente con quienes se dedican a esta forma de culto romano, los cuales, en ciertas ocasiones son personas reacias a conversar con evangélicos sobre este tema, porque siempre se sienten atacados, señalados como “idólatras”. Una buena Evangelización parte de un buen diálogo interconfesional.
Ahora vamos llevar nuestro tema a dos aspectos en los cuales la fe evangélica y la católica romana se encuentran y se separan.
Puntos de Convergencia
Tanto del lado católico como del lado evangélico existen puntos de convergencia donde nos encontramos y compartimos los mismos aspectos doctrinales y confesionales sobre María.
- La Concepción Virginal de María: En este punto tanto católicos como evangélicos convergen en una de las doctrinas más importantes del Cristianismo. Teológica y bíblicamente estamos de acuerdo (contra la teología liberal) que María concibió siendo virgen al Hijo de Dios en su vientre. Esta posición es aceptada por el Cristianismo Bíblico e Histórico, basada principalmente en Mt. 1:18; Lc 1:35, de cuya historicidad no se duda. El Concilio Vaticano II, en su constitución dogmática “Lumen Gentium”, Cap. VIII, p. 52, dice: «El benignísimo y sapientísimo Dios al querer llevar a término la redención del mundo, “cuando llegó la plenitud del tiempo, envió a su Hijo hecho de mujer…para que recibiésemos la adopción de hijos” (Gál. 4:4-5) “El cual por nosotros los hombres y por nuestra salvación descendió de los cielos, y se encarnó por obra del Espíritu Santo de María Virgen.»Del mismo modo los evangélicos en su totalidad, aceptamos la concepción virginal en los siguientes términos cristológicos, en palabras de Buswell: «Es claro por el historial del nacimiento virginal que Cristo, el eterno Hijo de Dios, se hizo hombre debido al milagro de que fue engendrado por el Espíritu Santo…La enseñanza de la Escritura se resume en el Credo Apostólico mediante la frase: “…concebido del Espíritu Santo, nació de la virgen María…”. El nacimiento virginal de Cristo fue un milagro obrado por el cual, la Segunda Persona, el eterno Hijo de Dios, tomó para sí una naturaleza humana, de tal manera que «se hizo hombre»». No hay lugar a dudas que esta enseñanza bíblica es cuestionada por diversos grupos heterodoxos y racionalistas, quienes por un lado, la encuentran inaceptable por no encajar con sus ideas, y por otro lado, porque resulta racionalmente absurdo para la mentalidad moderna.
- María como Madre de Dios: Este es otro de los aspectos en los cuales tanto, católicos y evangélicos estamos de acuerdo. María es theotokos = madre de Dios. Pero, con el propósito de hacer las aclaraciones a muchos hermanos evangélicos, es preciso señalar cual es el uso de theotokos en las controversias cristológicas de los siglos III y IV. Por eso, es preciso entender dos cosas, (A) En qué consistía la herejía llamada Nestorianismo. (B) El argumento de Cirilo de Alejandría quien introdujo dicho vocablo. Primero, el nestorianismo fue una herejía introducida por un heresiarca de Siria llamado Nestorio , quien sostuvo que María no era theotokos sino jristotokos = engendradora de Cristo, pues decía que «el Verbo pasó por ella pero no nació de ella». Negaba así la unión hipostática de Cristo, la cual enseña que en él hay dos naturalezas, la humana y la divina. Sostenía que cada una de las dos naturalezas de Cristo poseía su propia personalidad, admitiendo entre ambas naturalezas una unión accidental afectiva, moral, de mutua pertenencia, etc., pero no sustancial y personal como nos la presenta la Palabra de Dios. Contra este argumento se levantó Cirilo de Alejandría, quien sostenía la unión de dos naturalezas en Cristo y empleó la siguiente imagen: así como en el carbón ardiente, el fuego y el carbón forman una misma cosa, así también sucede con la naturaleza humana y la naturaleza divina de Cristo. De manera que, según Cirilo de Alejandría, la unión hipostática comporta una unidad sustancial de ambas naturalezas en la persona de Cristo, quien eternamente subsistente en su naturaleza divina, tomó una naturaleza de carne («se hizo carne», Jn. 1:14 lit.) para ser, a la vez, Dios perfecto y hombre perfecto, según definió después (451) el conc. De Calcedonia.
Puntos de Divergencia
En esta parte veremos cuáles son los puntos que nos separan de la fe católica romana. No por mero capricho nuestro, sino por nuestra fidelidad al texto sagrado y solo al texto sagrado. Cosa diametralmente distinta ocurre con el seno del catolicismo romano pues aparte de la Biblia, están, el Magisterio Eclesiástico, la tradición y las declaraciones del papa. De manera que estos son los puntos en los cuales no tenemos acuerdo alguno.
- La virginidad perpetua de María:La posición sobre la virginidad perpetua de María (in partu et post partum) no puede sostenerse con la Biblia, pues se trata de una doctrina posterior al concilio de Éfeso (431) donde se declaró que «Emanuel es de veras Dios y que, por tanto, la virgen santa es madre de Dios (…) puesto que engendró según la carne al Verbo de Dios hecho carne». La definición es correcta de acuerdo con la palabra de Dios para entonces la devoción a María iba creciendo tanto que deesa correcta definición dogmática, vino a deducirse una especie de sacralización del útero de María. Puesto que se trata de una parte fundamental de la fe católica creer en la perpetua virginidad de María, tomaré algunas líneas adicionales para señalar algunos importantes detalles. Por un lado, históricamente hablando, la mariología surge con mucha fuerza por la gran influencia del Protoevangelio de Santiago (mediados o finales del Siglo II) cuyos datos históricos son poco confiables, contiene narraciones fantasiosas y el autor está fuertemente imbuido por una piedad mariana. Pero llegado el Siglo IV había tres posturas sobre la virginidad perpetua de María, la de Tertuliano de Cartago , quienenseñó, que María fue virgen antes del parto, pero no después del parto. También está la postura de Epifanio de Salamis, quien siguiendo al mencionado Protoevangelio de Santiago y para sostener la perpetua virginidad de María enseñaba que los supuestos “hermanos” de Jesús, eran realmente sus hermanastros, hijos de José en un matrimonio anterior . Y por otro lado, estaba el brillante exegeta Jerónimo, quien tenía argumentos de peso para sostener que los “hermanos” de Jesús no eran realmente sus hermanos sino sus primos. En segundo lugar, está el dilema exegético como resultado directo de la enseñanza de la perpetua virginidad de María, ¿Qué ocurre con los textos que aparecen en los Evangelios canónicos y otras partes del Nuevo Testamento (Mt. 1:25; 12:47 Lc. 2:7; 8:19; Mc. 3:31-35; 6:3,Jn. 2:12; Jn 7:2-5; Hch. 1:14; 1Cor. 9:5; Gál. 1:19 donde se menciona directamente a los hermanos y hermanas de Jesús o dónde se implica que María tuvo más hijos? ¿Cómo debemos entender estos textos? Los exegetas católicos en resumidas cuentas se adhieren a la posición de Jerónimo, se niegan a admitir el sentido del vocablo adelfoi = hermanos sanguíneos, pues hallan en él un trasfondo semítico, entendiendo que en el idioma hebreo como el arameo (idiomas hablados en Palestina durante el Siglo I) la palabra «hermanos» tiene un sentido más amplio y puede referirse a la familia extensa o a todo el clan. Sin embargo el problema no parece solucionarse tan fácilmente, pues otros exegetas católicos más abiertos a los estudios bíblicos aplicando el método histórico crítico, no están conforme con esta deducción, pues comentando Marcos 6:3 dicen «Más aun puesto que se mencionan dos veces a los hermanos juntamente con María y siendo el significado normal de adelphós “hermano consanguíneo” sospechar un fondo semítico no basta ello solo a garantizar una más amplia traducción. Claramente es la tradición eclesiástica posterior quien condujo aque muchos propugnaran esa traducción amplia» Luego amplían su comentario al señalar: «Los adelphoi se asocian a menudo con María. Quienes niegan que son hijos suyos deben buscar una explicación al hecho de que se los presente varias veces en compañía de ella. De ser primos de Jesús, ¿serán sobrinos de María que cuidan de su tía viuda? De ser hermanastros de Jesús ahora que José ha muerto, ¿está María al cuidado de los hijos de él habidos en anterior matrimonio?» Estas interrogantes deberían considerarse seriamente. Como evangélicos, no estamos interesados en discrepar con nuestros amigos católicos simplemente porque desdeñamos sin más, sus enseñanzas dogmáticas sobre este asunto, más bien resulta interesante señalar que también hay otros investigadores especialistas en el tema, totalmente imparciales en cuanto a confesiones religiosas. Uno de ellos, el Dr. Antonio Piñero, argumenta que «los Evangelios actuales no están traducidos del hebreo, sino que fueron compuestos directamente en griego y para lectores en esa lengua. Ahora bien…en esta lengua sí existe una palabra propia para «primo» (anepsiós). Si los autores de los Evangelios querían decir «primos» ¿por qué en casos tan variados ninguno de ellos y nunca emplean este vocablo? ¿Parece concebible que siempre y consistentemente se llame hermanos a los «primos» de Jesús en todo el Nuevo Testamento?». En otras páginas de su libro responde a otros argumentos de la fe católica, primero sobre el texto de Lucas 2:41-52, sobre la pérdida de Jesús al volver de una peregrinación a Jerusalén durante la Pascua, el argumento católico consiste en aseverar que la participación de María en dicha peregrinación no se explica bien si hubiera tenido hijos más pequeños que cuidar, la respuesta del mencionado autor, es que este argumento resulta reversible, pues pregunta «¿es explicable que una madre amantísima, que solo tiene un hijo, tarde casi un día en caer en cuenta que se le ha perdido? Parece, por el contrario, plausible que si su mente estaba ocupada cuidando a los más pequeños no tuviera problema especial en pensar que su hijo mayor, Jesús, estaba en grupo de algún amigo o pariente. Solo por la noche, al reunirse la familia, pudo caer en cuenta de su ausencia.» Su segunda respuesta al razonamiento católico, es que el Nuevo Testamento nunca se habla de «hijos de María» o de «hijos de José» sino solo de María y los «hermanos» de Jesús. Su respuesta es como sigue: «No creo que este argumento sea de gran peso: también en el Nuevo Testamento se habla de Jesús como hijo de José (Lc 3, 23; 4, 22; Jn 1, 45; 6, 42) sin que de ellos deduzcan estos intérpretes una paternidad física del patriarca respecto a Jesús. Suficientemente claro es decir continuamente «su madre y sus hermanos», «sus hermanas»… ¿Se puede pedir que se especifique aún más?» . En cuanto a su respuesta al tercer razonamiento que comenta sobre el famoso pasaje de Juan 19:26s, diciendo que si hubiera tenido más hermanos, no se entiende que en Jesús moribundo hubiera el cuidado de su madre a un discípulo y no a uno de sus otros hermanos hijos de su misma madre, nuestro autor responde: «¿cómo podemos saber que los otros hermanos que los otros hermanos de Jesús, ya adultos, independientes y probables padres de familia, podían estar en Jerusalén en el momento de la muerte?. Por otro lado, de los mismos Evangelios queda en apariencia claro…que Jesús no se llevaba bien con ellos.» No quiero alargar la discusión sobre este asunto porque entendemos los evangélicos quela teología católica y romana en este punto es irreformable, pero para quienes no estamos de acuerdo con esta enseñanza, nos queda preguntarnos, si del lado católico ¿hay personas que prefieren hacer una lectura del texto que vaya más allá del dogma en nombre de la exégesis?
- La Asunción de María: Para comenzar, nada se dice al respecto en la Biblia, por tanto estamos ante una doctrina aceptada como dogma en el seno del catolicismo romano que prácticamente resulta imposible usar la Biblia para probarla, por tanto nuestra discusión se basará en datos históricos. Según García Paredes, la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo ha sido creída desde el siglo VII tanto en la Iglesia de Oriente como en la de Occidente. Ya en el siglo VI, se introdujo la fiesta del Tránsito, Dormición o Asunción de María o su «diesnatalis» se celebraba el 15 de Agosto. Esta fiesta sustituyó una fiesta mariana anterior iniciada en el siglo V en Jerusalén y denominada «día de la Theotókos»… El objetivo de la fiesta no estaba bien definido, unas celebraban la muerte de María (no su resurrección, dado que su cuerpo estaría sepultado incorrupto en el paraíso u otro lugar), otras (homilías bizantinas) celebraban la asunción al cielo (aunque según algunos, solo del alma, según otros también del cuerpo) . Finalmente, cabe destacar la importante participación de Juan Damasceno quien escribió homilías sobre la muerte y resurrección de la virgen María y de quien procede una leyenda donde se aplican a la muerte y supuesta resurrección de María, al estilo de la «ciencia-ficción», detalles parecidos a los que la Biblia nos dice de la muerte y resurrección del Señor. Y para consolidar dogmáticamente en el seno de la Iglesia católica romana esta doctrina, el 1 de Noviembre de 1950 por la constitución Munificentissimus Deus del papa Pío XII se declara: «Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma revelado por Dios: Que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a gloria celestial». Ante tales declaraciones, la situación está zanjada para los católicos romanos, nada pueden argumentar, solo aceptar que este dogma fue “revelado” por Dios y ya.
- La Inmaculada Concepción de María: Esto significa que María no heredó la maldición del pecado por parte de nuestros primeros padres, es decir nació en igualdad de condiciones con Jesucristo, sin pecado. Como evangélico considero que no podemos suscribir esta doctrina, por un lado, porque no hay apoyo bíblico para legitimar dicha enseñanza, por el contrario, va en contra de importantes doctrinas bíblicas sobre el pecado y la salvación, y por otro lado, porque aun en el seno del catolicismo hubo debates. Por ejemplo, estaba el debate entre los teólogos escotistas y tomistas, los primeros la afirmaban y los segundos la negaban , fue difícil hallar testimonios patrísticos , no obstante, en 1439 el concilio de Basilea aprueba la doctrina de la Inmaculada Concepción, pero sin autoridad jurídica, pues el concilio es considerado como cismático. Sin embargo no fue sino hasta 1854, cuando el papa Pío IX, definió oficialmente el dogma de la Inmaculada Concepción de María, algo que fue llamado por el propio papa: “verdad revelada” sin duda será muy difícil de cuestionar para todos los amigos católicos. Ante todo esto, como evangélico debo cuestionar el hecho de pasar por alto la enseñanza de la Biblia sobre la muerte alcanzando a todos los hombres (Rom. 5:12). Sinceramente vemos que una doctrina tan importante para la fe no puede ser cuestionada ni negociada desde un dogma que tiene todos los visos históricos de ser un capricho mariano de Pío IX, y sirvió estratégicamente para la preparación de una definición mucho más grave y peligrosa, esto es, el dogma de la infalibilidad del papa. De esta manera fue impuesta a la cristiandad romana la doctrina que sanAgustín, San Juan Crisóstomo, Santo Tomás de Aquino y San Bernardo de Claraval, entre otros, siempre repudiaron.
- El papel salvífico de María: Nuevamente los evangélicos tenemos muy claro que la salvación es y procede de Dios en toda su extensión. No hay duda que ver a María formando parte del programa salvífico de Dios en la historia de la salvación, es un asunto lejano al texto bíblico y muy cercano a la teología de algunos padres de la iglesia.Dentro de los puntos a tratar en esta forma de soteriología mariana están: (I) el paralelismo Eva-María, así como existe un paralelismo entre Adán-Cristo, sabiendo que gracias a la desobediencia del primero entró la muerte en el mundo y por la obediencia del segundo, vino la vida. El paralelismo entre estas dos mujeres implica una recapitulación de todas las cosas, así como en Cristo hay una recapitulación de todas las cosas respecto a Adán (Ef. 1:9, 10). Así también en María se recapitulan todas cosas, por cuanto la virgen Eva no había tenido aun relaciones con Adán, concibió la palabra de la serpiente, dio a luz desobediencia y muerte. María virgen acogió con fe y alegría la palabra de ángel que le decía que el Verbo se encarnaría en ella, creyó, y por eso nació de ella el Santo, el Hijo de Dios. De esta manera el pensamiento mariano en los escritos patrísticos fue evolucionando, hasta llegar a lo que ahora conocemos en la mariología moderna. (II) Otro paralelismo que la teología mariana ha creado es el, María-Iglesia. Esta idea subyace en el pensamiento mariológico deAgustín de Hipona, quien argumenta: «La virgen María precedió a la iglesia como figura de ella os pregunto ¿cómo es que María es madre de Cristo si no es porque ha dado a luz a los miembros de Cristo? Miembros de Cristo sois vosotros ¿Quién os ha dado a luz? Siento la voz de vuestro corazón. Esta madre santa, honrada, semejante a María da a luz y es virgen.» . Está demás indicar que los evangélicos estamos en desacuerdo con la postura del brillante teólogo, por varias razones (1) María no es figura de la iglesia sino parte de ella, estuvo en Pentecostés no para ser figura sino ser creyente. (2) La idea de ser considerados hijos de María en virtud de su maternidad respecto a Cristo retrotrae nuestra incorporación cristológica a su Cuerpo en el vientre de María en el instante mismo de su concepción virginal. (3) La iglesia no da a luz hijos, sino es los hijos, quienes fueron engendrados por Dios en Cristo.(III) La mediación de María, es otra perspectiva que tiene su origen en la edad media, época en la cual la devoción a María estaba muy establecida. Algunos teólogos, como Buenaventura y Bernardo de Claraval vieron en ella a la perfecta mediadora después de Cristo. Posteriormente León XIII en su encíclica Octobrimense (1891) dice: «Así como nadie puede acercarse al Padre, sino por el Hijo, así, de modo semejante, nadie puede acercarse a Cristo sino por su Madre.» (IV) Finalmente la co-redención de María, es decir, la enseñanza de que María participa de la obra de redención llevada a cabo por Cristo en la cruz,algo que para nosotros los evangélicos resulta muy incómodo de creer y aceptar no solo porque lo consideramos antibíblico, sino también por las declaraciones extravagantes y osadas de algunos papas , los cuales muy respetuosamente consideramos que estaban equivocados.
Conclusiones
Para nuestras reflexiones finales, sólo nos queda indicar que en el campo de la mariología, muchos aspectos a lo largo de los siglos han ido cambiando, aunque en el seno de la iglesia de Roma prefieren llamarlo “evolución teológica”, nosotros los evangélicos entendemos que las doctrinas fundamentales del Cristianismo son invariables y toda la teología que crezca en derredor debe ser tributaria de esa revelación. No puede reemplazarla ni tampoco obnubilarla, sino más bien contribuir a su conocimiento y puesta en práctica. Los evangélicos estamos de acuerdo con el pensamiento de muchos padres de la iglesia, por cuanto ellos han enriquecido el pensamiento teológico de los siglos posteriores al cristianismo primitivo, pero también creemos que en algunos aspectos se alejaron de la doctrina apostólica inicial, especialmente en lo que respecta a su pensamiento sobre María, la madre de nuestro Señor.
Por eso buscamos el diálogo respetuoso, bíblico y reflexivo sobre María ¿podrá ser posible esto?
Edinson León Esquivel
Ministro del Perú, radicado en Venezuela, casado con Elia Peña, predicador en campañas, conferencias, maestro, autor de artículos y estudios bíblicos. Twitter @pastoredy