

Respondieron Dimas y Hermógenes al unísono: Tamírides, llévalo ante el gobernador Cestilio por persuadir a las multitudes de la nueva enseñanza de los cristianos. Así lo destruirá, y tú tendrás a Tecla, tu mujer. Y nosotros te enseñaremos que aquella resurrección que este dice que habrá, ya sucedió en los hijos que tenemos, pues resucitamos cuando conocemos al Dios verdadero
Hechos de Pablo y Tecla.
Una de las primeras y más peligrosas desviaciones doctrinales que enfrentó la iglesia primitiva fue la reinterpretación de la resurrección. Un vívido ejemplo de esta enseñanza se encuentra en el evangelio apócrifo del siglo II, los «Hechos de Pablo y Tecla». En él, los personajes Dimas y Hermógenes, oponiéndose a Pablo, argumentan: «nosotros te enseñaremos que aquella resurrección que este dice que habrá, ya sucedió en los hijos que tenemos, pues resucitamos cuando conocemos al Dios verdadero».
Esta idea, que presenta la resurrección no como un evento corporal futuro sino como una experiencia mística y presente, encapsula una enseñanza gnóstica popular basada en el desprecio por todo lo material. Sin embargo, esta «espiritualización de la resurrección» no fue ajena a los tiempos bíblicos ni se limitó a textos apócrifos. El apóstol Pablo confrontó directamente a sus promotores dentro de la iglesia: Himeneo y Fileto.
Estos individuos, mencionados en 2 Timoteo 2:17-18, son los rostros canónicos de esta enseñanza incompatible con la doctrina cristiana. Su creencia central era precisamente que «la resurrección ya se efectuó». En lugar de la esperanza en una futura resurrección corporal, proponían una especie de resurrección romántica que ocurre únicamente en el corazón del hombre al alcanzar un conocimiento superior.
Las influencias detrás de esta postura eran variadas. Se nutría del gnosticismo incipiente, con su dualismo que consideraba el cuerpo una prisión y, por tanto, una resurrección física como algo indeseable. También resonaba con ciertas filosofías helenísticas que exaltaban el alma inmortal en detrimento del cuerpo. En un crisol cultural como Éfeso, donde Timoteo ministraba, estas ideas podían hacer que el cristianismo pareciera más sofisticado filosóficamente.
Ciertamente, una buena porción del Nuevo Testamento trata del nuevo nacimiento en Cristo y de cómo el creyente pasa de muerte a vida espiritual (Efesios 2:1-6). Sin embargo, Himeneo y Fileto llevaron esta verdad a un extremo herético, afirmando que esta realidad espiritual era la única resurrección, anulando así la verdad fundamental de la futura resurrección corporal de entre los muertos.
La refutación de Pablo es contundente y se basa en el evangelio mismo. En 1 Corintios 15, argumenta que la resurrección de Jesucristo fue un evento histórico y corporal, y es la «primicia» y garantía de la futura resurrección física de los creyentes. Negar la resurrección corporal futura, como hacían Himeneo y Fileto, tenía consecuencias teológicas devastadoras:
- Negaba implícitamente la resurrección de Cristo, el fundamento de la fe.
- Hacía que la predicación y la fe fueran inútiles.
- Implicaba que los creyentes seguían en sus pecados.
- Destruía la esperanza cristiana, limitándola solo a esta vida.
Por esta razón, Pablo advierte con tanta severidad contra sus enseñanzas: «Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos» (2 Timoteo 2:16-18).
La comparación de esta grave distorsión doctrinal con la gangrena es sumamente elocuente. La gangrena es una enfermedad donde una parte inflamada del cuerpo se vuelve tan corrupta que, si no se aplica un remedio a tiempo, el mal se continúa esparciendo, ataca otras partes sanas y consume hasta los huesos. De la misma manera, la enseñanza de Himeneo y Fileto no era un error teológico menor; era una corrupción que, si no se detenía, tenía el poder de destruir la fe de las personas, minar el fundamento del evangelio y corromper la salud espiritual de toda la comunidad cristiana. La firmeza de Pablo al confrontarla subraya la importancia vital de preservar la esperanza de la resurrección corporal como un pilar central de la fe y la vida cristiana.
Finalmente se anexa un cuadro comparativo entre las enseñanza ortodoxa y la herejía de Himeneo y Fileto.
Aspecto Doctrinal | Perspectiva de Himeneo y Fileto | Perspectiva Cristiana Ortodoxa |
Naturaleza de la Resurrección | Espiritual, alegórica, como regeneración o iluminación | Física, corporal, una transformación del cuerpo mortal en inmortal |
Momento de la Resurrección | Ya efectuada en la conversión o experiencia espiritual presente | Evento escatológico futuro, al final de los tiempos, con la venida de Cristo |
Implicación para el Cuerpo Físico | No relevante para la «verdadera» resurrección: ya trascendido espiritualmente. la materia es vista negativamente | El cuerpo físico es redimido, transformado y glorificado; no abandonado. |
Base Principal | Experiencia subjetiva de nueva vida; posible reinterpretación de la unión espiritual con Cristo | Resurrección histórica y corporal de Jesucristo como primicia; promesa apostólica |
Consecuencia Principal para la Fe | Trastorno de la fe, negación del poder divino de la vida, pérdida de la esperanza futura | Fundamento de la fe, esperanza en la victoria sobre la muerte, motivación para la vida cristiana |
Es Lic. en Educación Mención Matemática por la Universidad de Carabobo. Estudios de Teología Básica en el Instituto Bíblico Melquisedec donde fue profesor de Cristología. Tiene un diplomado en "Enseñanza de valores cristianos" por la UPEL-Maracay. Lic. en Teología Mención Apologética por el Seminario Teológico "Alfa y Omega". Presidente de “Escogidos para Salvación C.A”, productora de la revista Logos. Ha impartido clases en seminarios como el IBSA y capacitaciones para CDO Argentina. Tiene un diplomado en Pensamiento Tomista por UFASTA- Argentina y actualmente está cursando un Certificado en Estudios Islámicos con el seminario ProMeta.
11 comentarios. Dejar nuevo
La cita biblica es: 2 de timoteo 2: 16-17. RRV 1960.
Corregido !gracias!
En el evangelio apócrifo de Felipe también se habla de que primero nos tenemos que dar cuenta de quiénes somos en Dios (para ellos, resurrección), para que al morir, seamos en la reunificación UNO CON EL PADRE, como dice Jesús en el evangelio de Juan. En el evangelio de apócrifo de Tomas, también se refieren a lo mismo. Llama la atención que precisamente los evangelios que desprecian la intermediación de hombres ante Dios, sean los apócrifos. Además la incineración de la Biblioteca de Alejandría en el siglo IV y el emperador Constantino….BLANCO ES, GALLINA LO PONE Y FRITO SE COME….¡ATEN CABOS!
Uno de los problemas con esa teoría es que tendríamos que aceptar que Dios no pudo resguardar su verdad con el paso del tiempo. Tampoco es muy viable citar evangelios apócrifos porque no fueron avalados ni por los apóstoles ni por la iglesia temprana.
Los apóstoles si los avalaban por que ellos fueron los que los escribieron los que no lo incluyeron no fue la iglesia temprana más bien la iglesia tardía por que consideraron que no eran inspirados por el espíritu pero eso no significa que no sean válidos y que no tengan verdad histórica y revelación de los apóstoles chao de la época atraves de la tradición y me echos actualmente son citados como referencia histórica válida
Hola ¿Afirmas que avalaban una resurrección espiritual y no física?
Como vivos de entre los muertos ya no teniendo confianza en la carne osea la ley, sino en la gracia y la justicia de Dios nuestro Padre!
Lo que yo creo es que debemos ser radicales como lo fueron los apóstoles. Hemos defraudado tanto a Dios porque perdimos el amor el celo y la pasión por la sana doctrina que Dios Tenga misericordia de nosotros y nos ayude
Hay mucha verdad en tu comentario, gracias por leer.
Himeneo y Fileto abandonaron la fé o El Camino porque nunca fueron nacido de nuevo? O nunca fueron salvos o elegidos por Dios
La respuestas es un poco complicada a ese nivel y va a depender de sus convicciones soteriológicas bien sean orientadas al calvinismo, arminianismo o molinismo.